miércoles, 13 de abril de 2016

Marimba y Monja Blanca Elaborado con Material Natural

La Monja Blanca –lycaste skinneri alba– fue declarada representativa de la flor nacional el 11 de febrero de 1934, por decreto presidencial del general Jorge Ubico.

Leticia de Southerland, presidenta de la exposición internacional de flores, celebrada en Miami Beach, Florida, en 1933, envió al Gobierno guatemalteco la sugerencia de que la Monja Blanca fuera nombrada flor nacional.

El general Ubico, después de haber consultado a personas versadas, como los señores Ulises Rojas y Mariano Pacheco H. y entidades como la Biblioteca Nacional y la Sociedad de Geografía e Historia, emitió el decreto respectivo.

La Monja Blanca es una de las 35 mil especies con que cuenta la familia de las orquídeas, una de las más numerosas de la naturaleza.

La flor nacional es una planta epifita que existe en la Zona Reina, en el noroccidente de Guatemala, especialmente en Alta Verapaz.


La Monja Blanca es hermafrodita y produce millones de semillas que, sin embargo, necesitan de determinado hongo para germinar, por lo que es una planta escasa y, por lo mismo, está prohibida su comercialización.

La marimba: Considerada un símbolo patrio, la marimba guatemalteca de arco es idéntica a la tímbila que ejecutan los chopis africanos.

 Según Vida Chonowith, en su libro “La marimba de Guatemala”, desde los primeros años del siglo XVII se empezaron a escapar negros de Cuba; los pocos que alcanzaron tierra firme en el continente la enseñaron a construir a los aborígenes de Guatemala.

Por eso es que se afirma que fue nuestro país, donde ya se conocía el tun o tunkul, el que adoptó con entusiasmo la marimba africana.

La marimba evolucionó durante los siglos XVII y XVIII, pero es de 1880 a 1920 que adquiere las características actuales, cuando los artesanos quetzaltecos la convierten de marimba sencilla a doble. Por ser instrumento histórico de valor cultural, artístico y tradicional, el Congreso de la República declaró a la marimba símbolo nacional.

Por medio del decreto 31-99 se enaltece este instrumento y se obliga al Ministerio de Educación Pública a propiciar la enseñanza del mismo en las escuelas públicas y privadas, como reconocimiento al baluarte nacional de nuestra cultura, arte y tradición guatemaltecos.



Es muy bonito realizar este tipo de tareas ya que despierta tanto nuestros intereses por aprender como apegarnos a nuestras costumbres, tradiciones y raíces de nuestro país, en resumen aumenta nuestros conocimientos para aprender cada día mas acerca de nuestro entorno.





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